Cuando pensamos en remodelar un espacio o diseñar uno nuevo, solemos imaginarnos el resultado final: cómo se verá, cómo se sentirá vivirlo, qué sensaciones nos transmitirá. Pero detrás de cada ambiente armónico y funcional hay dos pilares fundamentales que marcan la diferencia entre lo común y lo excepcional: la elección de los materiales y la correcta aplicación de la colorimetría.
Materiales: más allá de lo estético
La selección de materiales no solo define la apariencia de un ambiente; también habla de su durabilidad, mantenimiento y coherencia con el uso que se le dará al espacio.
Cohesión con el todo: Un buen material no solo se elige por sí mismo, sino por cómo se relaciona con el conjunto: pisos, mobiliario, paredes y detalles.
Funcionalidad: Un material puede ser visualmente atractivo, pero si no se adapta al estilo de vida del cliente o al entorno (humedad, uso intensivo, etc.), se vuelve un error costoso.
Texturas y sensaciones: El tacto también comunica. Una encimera de piedra transmite robustez; una madera cálida invita a quedarse.
Colorimetría: el lenguaje emocional del espacio
La paleta de colores define cómo nos sentimos en un lugar. No es solo “pintar bonito”, sino entender la psicología del color y cómo este interactúa con la luz y los materiales.
Personalización emocional: El color refleja la personalidad del usuario. Una cocina vibrante en terracotas no comunica lo mismo que una en blanco y gris piedra.
Claridad y amplitud: Tonos claros abren visualmente los espacios; los oscuros dan intimidad y profundidad.
Coherencia visual: Al combinar correctamente colores cálidos, fríos y neutros, se crea una narrativa visual que fluye y no abruma.
La clave está en el equilibrio
El verdadero desafío —y lo que diferencia a un diseño profesional— es lograr el balance perfecto entre materiales y color. No es una fórmula cerrada, sino una conversación entre lo visual, lo sensorial y lo funcional.
En Axios Patza llevamos años perfeccionando ese equilibrio. Desde cocinas italianas modernas hasta espacios para ferias internacionales, cada proyecto comienza con preguntas simples pero poderosas:
¿Qué quieres sentir aquí? ¿Qué uso tendrá este espacio? ¿Qué historia contará?
Y a partir de ahí, materiales y colores hacen su trabajo… para que tú vivas el resultado.